Mientras millones de estadounidenses se recuperan del huracán Ian, que tocó tierra cerca de Fort Myers (Florida) el 28 de septiembre, las autoridades advierten sobre un nuevo peligro: los vehículos eléctricos (VE) que resultaron dañados por la tormenta y ahora representan un riesgo de incendio.
“Nuestros socorristas están en peligro”, aseguró el jefe de bomberos del Estado de Florida, Jimmy Patronis, en un video publicado en las redes sociales a principios de este mes. “Los hogares que pueden haber sobrevivido a la tormenta ahora se están incendiando”.
Según el sitio (en inglés) de noticias Florida Phoenix, los bomberos de Naples han respondido a al menos seis incendios que involucraron a vehículos eléctricos dañados por la tormenta. Los expertos dicen que los vehículos que pueden haber estado sumergidos en agua salada durante largos períodos son motivo especial de preocupación, y con la marejada ciclónica del poderoso huracán de Categoría 4 que alcanzó una altura de 15 pies en algunas partes de la costa de Florida, miles de vehículos ahora podrían encontrarse en esta situación.
“Los vehículos eléctricos que han quedado sumergidos en agua, especialmente en agua salada, tienen un riesgo potencial de sufrir incendios en las baterías eléctricas de alto voltaje”, explicó Victoria Hutchison, gerenta de proyectos de la Fundación de Investigación de Protección contra Incendios, la filial de investigación de NFPA. “Los socorristas deben estar preparados para responder a posibles incendios y tienen que manipular con mayor precaución los vehículos eléctricos que pueden haber quedado sumergidos”.
¿Qué es la fuga térmica y la energía atrapada?
La mayoría de los vehículos eléctricos que se utilizan en la actualidad funcionan con baterías de iones de litio. Cuando ocurren daños por factores como el agua salada, el calor o la fuerza, puede originarse una reacción química conocida como fuga térmica dentro de las celdas de estas baterías con alta densidad energética. En este estado, las baterías se calientan sin control y pueden ser propensas a generar incendios y desprendimiento de gases, lo que también puede provocar explosiones en espacios confinados.
Cuando las baterías de los vehículos eléctricos se sumergen en agua salada, específicamente, “se pueden formar puentes de sal dentro del paquete de baterías y esto daría lugar a cortocircuitos y autocalentamiento”, explicó la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) en un comunicado enviado a Patronis.
Hutchison se hizo eco de ese punto. “El agua salada puede acelerar la corrosión”, explicó. “Por lo tanto, en un escenario de marejada ciclónica de agua salada, los depósitos de sal que pueden permanecer en las baterías de los vehículos eléctricos después de que el agua retrocede pueden causar una corrosión rápida y aumentar el riesgo de fuga térmica. Además, no existe un período establecido en el que ocurrirá esta posible reacción térmica; pueden ser horas, días o incluso semanas más tarde”.
El riesgo de fuga térmica se ve agravado por el hecho de que no existe una manera sencilla de drenar la energía de las baterías dañadas, un concepto conocido como energía atrapada. Esto es cierto incluso después de que se ha producido un incendio y se ha extinguido inicialmente. Por ejemplo, en 2018 tras un accidente fatal e incendio que involucró a un vehículo eléctrico en California, las baterías del automóvil se volvieron a incendiar en un depósito de chatarra seis días después.
Debido a estos riesgos, Hutchison y otros expertos han recomendado que los socorristas de Florida y el público en general “permanezcan en alerta máxima” ante incendios que involucren a vehículos eléctricos dañados por el huracán Ian.
La Administración del Distrito de Rescate y Control de Incendios de North Collier escribió en una publicación de Facebook: si posee un vehículo eléctrico que puede haber sido dañado durante el huracán Ian, “sáquelo de su casa, pero asegúrese de que el operador de remolque sepa cómo remolcar vehículos eléctricos de manera segura y adecuada”.
En declaraciones públicas la semana pasada y también según comunicaciones enviadas directamente a fabricantes de vehículos eléctricos y funcionarios federales, el senador de Florida Rick Scott instó a los fabricantes a tomar medidas a fin de brindar más orientación sobre la seguridad contra incendios tanto para los consumidores como para los servicios contra incendios.
“Las actuales pautas de los fabricantes de vehículos eléctricos sobre el efecto de la inmersión en agua salada en la operatividad de los vehículos no abordan el problema de forma adecuada”, escribió Scott. “Como resultado, la mayoría de los consumidores tienen la impresión errónea, y potencialmente mortal, de que sus vehículos eléctricos seguirán funcionando sin problemas después de haber estado sumergidos en agua salada”.
NFPA ya ofrece orientación para bomberos sobre cómo responder mejor a incidentes que involucren vehículos eléctricos. A medida que los vehículos eléctricos han ganado popularidad en los últimos años, la NFPA ha ayudado a educar a más de 300.000 socorristas sobre este peligro emergente. Visite nfpa.org/ev (en inglés) para obtener más información sobre las oportunidades de entrenamiento para socorristas sobre vehículos eléctricos de la NFPA.
Consideración importante: Cualquier opinión expresada en esta columna (blog, artículo) es la opinión del autor y no representa necesariamente la posición oficial de la NFPA o sus Comités Técnicos. Además, este contenido no está diseñado ni se debería usar para proporcionar consultas o servicios profesionales.
ANGELO VERZONI, Gerente de Marketing de Contenidos. Fotografía superior: Ivan Radic a través de Flickr