Al menos 135 personas murieron y más de 5.000 resultaron heridas en una fuerte explosión registrada el martes en un almacén de la zona del puerto de Beirut, la capital de Líbano, según la Cruz Roja local. También se produjeron «innumerables» daños materiales, dijo el ministro de salud, Hamad Hasan.

Se prevé que el número de víctimas vaya aumentando a medida que avancen los trabajos de desescombro. El primer ministro libanés, Hasan Diab, reveló en una reunión con el presidente de la República, Michel Aoun, que un cargamento de nitrato de amonio de 2.750 toneladas sin custodiar fue la causa de la explosión, aunque se desconoce el origen.

La deflagración, que ocurrió en torno a las 17:30 hora peninsular española, generó una enorme onda expansiva y se pudo sentir en toda la capital desde varios kilómetros de distancia. De hecho, testigos presenciales indicaron a la agencia Efe que hubo rotura de vidrios en viviendas a más de cinco kilómetros de la explosión y que los edificios sufrieron daños de diversa consideración en un radio de más de dos kilómetros.

El presidente libanés, Michel Aoun, ordenó a las Fuerzas Armadas que desplagaran patrullas en las zonas del desastre «para mantener la seguridad» y llamó a la población a proveer refugio a todos aquellos que se han visto desplazados por la deflagración.

Además, el presidente convocó de urgencia al Consejo Supremo de Defensa para abordar la crisis sin precedentes y decretó luto nacional para la jornada de este miércoles.

El primer ministro promete castigar a los responsables

Hasan Diab prometió que los responsables van a «pagar el precio» en un breve discurso televisado en el que también afirmó que «esta catástrofe no pasará sin responsabilidades» y que hacer justicia es la labor del Gobierno. «Esta es una promesa a los mártires y a los heridos», ha remarcado el jefe del Ejecutivo, que ha dicho que se harán públicos «los hechos respecto al peligroso almacén que existía desde 2014», sin ofrecer más detalles.

Según la cadena local LBCI, alrededor de 500 heridos de los casi 3.000 notificados por las autoridades han acudido al hospital Hotel Dieu, situado en el centro de Beirut, para ser atendidos. El complejo sanitario habría informado que ya no podría recibir a más víctimas, de acuerdo con la misma fuente.

Otros centros de la capital estarían atendiendo un goteo constante de víctimas, según la agencia oficial de noticias, que además informó que en numerosos puntos sanitarios se empezaron a ver nutridas filas de donantes de sangre poco después del suceso y al aventurarse su desmesurada magnitud.

Mientras, el ministro de Sanidad libanés ordenó a todos los hospitales que reciban a los heridos y que el tratamiento sea a cuenta del ministerio.

La agencia de noticias oficial del país informó de que hay «grandes daños en las viviendas y vehículos en los alrededores» del lugar donde se produjo el estallido. De hecho, las imágenes que fueron difundidas en las redes sociales mostraban la detonación y una gran nube con forma de hongo elevándose en el cielo, que provocó una onda expansiva que afectó a varios barrios de la ciudad.

Columnas de humo blanco y también de color rojizo se elevaron durante horas sobre el área del puerto, ubicado en la costa mediterránea. En una emisión en directo del diario británico ‘The Sun’ y agencias internacionales como Reuters, pudo observarse el constante trasiego de vehículos de emergencia y cuantiosos daños en el puerto de Beirut y en los edificios aledaños.