Las espumas según la forma de producirse se dividen en químicas y mecánicas. Las primeras ya no se usan y se producían por una reacción química al mezclar bicarbonato sódico y sulfato de aluminio, que además generan CO2.
Las espumas mecánicas son las que se usan actualmente y su generación o producción es el resultado de un proceso mecánico que consta de dos etapas:
Primera etapa o inducción: en la cual se introduce al flujo de agua el concentrado espumógeno, mediante un dispositivo proporcionador.
Segunda etapa o generación: por el principio de inducción se agrega aire a la solución agua + espumógeno o preparado, a la salida del dispositivo de descarga y se produce la espuma en un ambiente abierto.